lunes, 1 de junio de 2020

REFLEXIÓN JORNADA I DON ÁLVARO O LA FUERZA DEL SINO

Como introducción a esta primera jornada de la obra del Duque de Rivas, podemos decir que es una obra de teatro de género trágico que consta de cinco jornadas, ambientada en Sevilla, Hornachuelos y Velletri. Fue publicada en España e Italia durante el siglo XIX. Se estrenó en el Teatro del Príncipe de Madrid.
Sus personajes principales son Don Álvaro, Doña Leonor, Don Carlos, Don Alfonso y el Marqués de Calatrava.
Se trata de la obra que consolidad y hace triunfar el Romanticismo en España.
Antes de adentrarnos en la primera jornada, haré un breve resumen de la obra:
Está ambientada a principios del siglo XVII, tras la Guerra de Sucesión Española, en Sevilla, donde reside el protagonista, don Álvaro. Este es un rico y misterioso indiano que vive un apasionado romance con doña Leonor, joven aristócrata. Relación prohibida por el Marqués de Calatrava que considera a don Álvaro un vulgar aventurero.
La pareja decide fugarse, pero son sorprendidos por el Marqués. Don Álvaro al verse descubierto tira el arma y se dispara fortuitamente mantando al Marqués. Los hermanos de doña Leonor lo persiguen para matarlo, Leonor se siente consumida por la culpa y se mete en un convento. Tras pasar a Italia como soldado y encontrarse con Don Carlos, en duelo le da muerte. Don Álvaro regresa a España, allí el desenlace es mortal para el otro hermano y doña Leonor. El final de la obra termina con el suicidio de don Álvaro, echándose la culpa de la tragedia acontecida.
PRIMERA JORNADA
En esta primera jornada doña Leonor se muestra nerviosa por la huida que esa misma noche va  a realizar con don Álvaro. Cuando este viene a buscarla, ésta se muestra temerosa y duda. Al oír ruidos, el padre de doña Leonor se acerca con dos criados y se encuentra con a su hija con don Álvaro. Éste, al tirar la pistola para quedarse desarmado, mata al marqués sin querer.
La obra comienza en Triana, Sevilla, en las afueras, al lado del Guadalquivir, en una zona humilde de pescadores y marginal. Sevilla es la ciudad del romanticismo, racionalmente porque Bécquer es el gran romántico español, que pasa la mayor parte del tiempo en Sevilla. El Duque de Rivas elige Sevilla, porque Sevilla es popular, un romántico elige lo popular frente a la burguesía pija, el romántico se siente agusto con lo tradicional  y huye de esa burguesía para ir a lo popular y tradicional del pueblo. Aparecen los gitanos, los cantaores, los toreros y el romántico se fija en ese submundo, que se aleja de la burguesía y se queda prendado de todo eso, diferente de la burguesía que lo ven como un mundo de pijo. El Duque huye de todo eso y se fija en Sevilla, no siendo casual que la elija como escenario.
El momento en qué se abre la primera escena es al final de una tarde de julio, el atardecer, cuando el romántico expresa sus sentimientos.  Para el romántico la noche representa la tristeza, los problemas, la pena, todo lo malo, por eso es  normal que el Duque de Rivas nos presente el inicio de la obra en este marco.
En esta primera escena aparece la Graciosilla, una joven gitana que lee las manos y hay dos oficiales que se fijan en ella, aparece un lenguaje popular, aparece también el tema del destino.
 En la segunda escena entra en escena el canónigo, de alta alcurnia, en esta escena comienza una tertulia entre los presentes comentando sobre el Marqués, su hija y de Don Álvaro. Se nos presenta la lucha entre el amor y la razón, se nos presenta a Don Álvaro, la antítesis del héroe romántico,  pues ya le describen como que no tiene suerte y un mal destino.
En la tercera escena comienza a oscurecer y Don Álvaro sale del teatro melancólico y con digna mirada.
 En la cuarta escena hablan en la taberna como Don Álvaro ronda la hacienda del Marqués, y el canónigo quiere avisar al Marqués de ello, aquí en esta escena ya se huele el mal destino que puede tener todo.
En la quinta escena el Marqués se preocupa de su amada hija, que la ve triste a pesar de estar en medio de la naturaleza, apartada de todo, tema característico del Romanticismo (retirada al campo para alejarse de la vida burguesa), Leonor está pasiva a ese amor que le da su padre porque tiene miedo de perder a su amado o perder a su familia.
En la sesta escena, Leonor se compadece de ella por tener un padre tan amoroso pero que se opone a que ella sea dichosa, se acuerda de su madre,  aunque con genio, la echa en falta.
En la séptima escena entra Don Álvaro  a por  Leonor, pero son sorprendidos.
En la última escena es la que presenta el máximo clímax. Se dan de forma consecutivas varias acciones. La escena acaba con la muerte accidental del Marqués, aquí aparece el tema del destino. De ahí Don Álvaro o La fuerza de sino, la fatalidad del destino, el sino representa el castigo que sufre el protagonista por haber dado rienda suelta a la pasión. Cabe destacar  las últimas palabras del Marqués al decir a su hija, “yo te maldigo”,  el hecho es que es más  importante el tema del honor y moral social, que el amor hacia su hija, llegando a tal odio que la maldice.


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